Elizabeth Southerden Thompson, Lady Butler. La pintora de batallas

Una de las  mujeres que se dedicaron a la pintura, e hicieran de ella su profesión fue Elizabeth Southerden Thompson,  también conocida como Lady Butler,  profesional en el siglo XIX, capaz de ganarse bien la vida pintando obras de gran formato de tema bélico.

En la Pintura, una de las especialidades que siempre me ha llamado la atención, son las obras que reproducen acontecimientos bélicos, sobre todo aquellos que ilustran los que van, desde las guerras napoleónicas hasta la I Guerra Mundial, principalmente.

En mis visitas, a los distintos museos que he conocido, siempre se me ha ido la vista a este tipo de pinturas. Recuerdo las obras expuestas en Los Inválidos de París, en el Museo de Risorgimento, de Turín, en el antiguo Museo del Ejército de Madrid, ahora ubicado en Toledo, y dos especialmente significativos, The Guards Museum y el Imperial War Museum, ambos en Londres.

Muchos son los artistas que, en distintas épocas, se han especializado en esta temática, pero me ha llamado poderosamente la atención uno de ellos. Cuando indague en las obras de este pintor me lleve una grata sorpresa al comprobar que el pintor no era pintor, sino pintora.

¿Cómo era posible que, en una temática tan masculina, sobresalieran unos lienzos, desde mi punto de vista, tan impresionantes, pintados por la mano de una mujer?

¿Cómo una mujer del siglo XIX, en una época tan dura para ellas, había conseguido sobresalir en este campo pictórico, ganar popularidad, reconocimiento artístico, y dinero? ¿Cómo? Esta es su historia:

Elisabeth Southerden Thompson, nació en Lausana, Suiza un 3 de noviembre de 1846, en el seno de una familia acomodada. Hija de Thomas James Thompson y su segunda esposa Christiana Weller. El padre de Elisabeth fue el heredero de una notable fortuna, pues, su abuelo, Thomas Pepper Thompson, fue un afamado comerciante del azúcar de Jamaica. Con la vida resuelta, el matrimonio se embarcó en un estilo de vida lleno de viajes, que continuarían la mayor parte de sus vidas.

Elisabeth pasó parte de su infancia, y de su juventud, en diversos países de Europa, principalmente en Italia y en Francia. Tanto Elisabeth como su hermana Alice Christiana Gertrude Thompson, notable ensayista y poeta conocida como Alice Meynell, nunca fueron la escuela y no tuvieron otros profesores que sus padres. Elisabeth comenzó a recibir su formación artística en 1862 mientras vivía en Italia. Ahí empezó a mostrar un gran interés por la naturaleza y los animales, principalmente por los caballos, y por los soldados que, según ella, le transmitían una gran energía.

Con 19 años visitó el sitio de la batalla de Waterloo, donde sintió el “espantoso glamour” que caracterizó sus sentimientos sobre la guerra.

En 1866 su familia regreso a Inglaterra, al sur de Kensington (Londres) y entró en la Real Escuela de Arte Femenino (Royal Female School of Art) tomando más tarde clases de pintura al óleo. También asistió a una clase privada, dibujando desnudos femeninos. En la isla de Wight, donde se había trasladado la familia a vivir, recibió durante tres años clases de acuarela y paisajismo. De nuevo la familia se volvió a trasladar a Londres y se decidió, desde allí, a enviar varias acuarelas a la Sociedad de Artistas Británicas para su exposición, pero se las rechazaron. Sin embargo, una de ellas, ¨Artillería Bávara en acción¨, basada en un incidente durante la Guerra Austro-Prusiana, fue expuesta en la Galería Dudley recibiendo elogiosas críticas, entre ellas la del Times.

De su paso por Florencia, en 1869, les quedo la conversión, de su madre, de su hermana y de ella misma, al catolicismo. En esta ciudad acudió a la Academia de Belli Arti recibiendo clases de Giuseppe Bellucci, refinando, aún más, su capacidad para dibujar figuras. Durante su estancia en Roma, en 1860, en una exposición Internacional del Papa, que se celebraba allí, recibió una mención honorifica por la exhibición de una pintura suya titulada el Magníficat también conocida como la Visitación de la Bendita Virgen a Santa Isabel, obra que en la actualidad se encuentra en la iglesia de St. Wilfred, en la isla de Wigth, y que utilizó a su madre como modelo para la Virgen María. Como anécdota tengo que contar que debido a ser mujer no se le permitió asistir a la exposición.

Sin embargo, su manera de ver la pintura cambio radicalmente cuando visitó Paris y conoció las obras de los artistas como Eduard Deitalle y Jean Louis Ernest Meissonier, que retrataban escenas, de las guerras franco-prusianas y de las anteriores guerras napoleónicas, con gran realismo.

La obra del Magnificat se presentó posteriormente en la Royal Academy en 1871, pero fue rechazada, y también fue rechazada la obra Missing, en 1872, que es una escena donde se reflejan las consecuencias de una batalla en la guerra franco-prusiana. En 1873 esta misma obra fue aceptada por la Academia, pero fue colgada tan alto, a propósito, en las paredes de la academia que, prácticamente, pasó desapercibida por los visitantes. Sin embargo, gracias a esta pintura, recibió un encargo de Charles Galloway por un total de 120 guineas, lo que a la postre sería su primer gran éxito.

Esta obra se llamaba ¨The Roll Call¨, “El pase de lista después de un combate”. Esta obra fue presentada en la exposición de verano de la Royal Academy en 1874, causando una gran sensación, tanto que, las multitudes acudieron en masa para verlo, y, según las crónicas del momento un policía tuvo que ser colocado al lado del cuadro, procedimiento previo a la colocación de una barandilla, para contener a los múltiples espectadores de la obra y así protegerla. Fue el inicio de un reconocimiento por parte de la crítica y de los principales pintores de la época. Elisabeth que tenía 27 años, y su obra, fueron elogiadas en un banquete de la Academia, tanto por el príncipe de Gales como por duque de Cambridge. The Roll Call fue una obra respaldada por los veteranos de la Guerra de Crimea, gracias a la precisión de los detalles más minuciosos de la pintura.

Charles Galloway, recibió multitud de solicitudes para recomprar la obra, siendo todas rechazadas, hasta que la reina Victoria expresó su deseo de comprar la pintura.

The Roll Call tocó el nervio patriótico y recorrió el país después de la exposición, atrayendo a miles de espectadores, logrando una notable popularidad. Miles de grabados fueron vendidos por la Sociedad de Bellas Artes, ya que eran ellos los que tenían los derechos de autor de las reproducciones de la pintura. Gracias a esta pintura, Elisabeth, se dio cuenta de que había un potencial para su arte militar realista, pintando cada vez más escenas de las guerras de Crimea y de las anteriores guerras napoleónicas. Con “28th Regiment at Quatre Bras” de 1875 también cosecho un gran éxito. Otras obras de éxito fueron “Balaklava” (1875-1876) y con “El retorno de Inkerman” (1876-1877). La Fine Art Society le pagó una pequeña fortuna para la época.

En 1877 se casó con William Butler, en la iglesia de los Padres Servitas, en Londres. William Butler nació en Irlanda en 1836 y pertenecía a la nobleza católica irlandesa. Ya en 1877 había servido en Birmania, Canadá, Madrás y en las campañas militares de Ashanti y en Natal contra los zulúes. Más tarde Butler estuvo en Zululand, Egipto, Sudan y Sudáfrica. Justo antes de la Guerra Boer (La guerra de los granjeros holandeses, en Sudáfrica, contra el Imperio Británico). A partir de 1877 Lady Butler siguió los pasos de la carrera militar de su esposo; lo acompaño a Egipto y a Sudáfrica, vivió en Irlanda y su hogar fueron varias residencias militares incluido el castillo de Dover, e hizo viajes ocasionales a Italia y a Francia. El matrimonio Butler tendría seis hijos.

En 1879, a raíz de su notable ascenso a la fama, Elisabeth Thompson, fue nominada para la elección como asociada de la Royal Academy. Estuvo muy cerca de conseguirlo, pero nunca consiguió ingresar en esta Academia.

En la década de los 80 Elisabeth Butler no atrajo la atención de su trabajo, que había modificado, para tratar temas de más actualidad, influida, probablemente por su esposo, que era extremadamente crítico con la política imperial británica. En esta época Elisabeth contribuyo con ilustraciones en Merry England, un periódico mensual perteneciente a su hermana Alice y a su esposo Wilfred Meynell, editor. En 1866 William Butler fue nombrado caballero y Elisabeth se convirtió en Lady Butler.

En la década de los 90 Elisabeth Thompson aumento su fortuna gracias al retorno a temas históricos, que coincidió con un creciente interés por estas obras. Tanto en “Dawn of Waterloo” (1895) y “Steady the Drums and Fifes” (1897) no mostró la gloria de la batalla, sino la inquietud que la precedió, en la primera de ellas y el enfrentamiento a la muerte en la batalla de los jóvenes músicos en la segunda de las obras.

Desde el cambio de siglo hasta la I Guerra Mundial, Elisabeth Thompson exhibió solo seis pinturas, y en su trabajo se empezó a evidenciar una disminución del énfasis por el heroísmo del soldado británico en la guerra.

Lady Butler quedo viuda en 1910 pero continuó viviendo en Bansha Castle, Condado de Tipperary, en Irlanda, lugar al que se había retirado junto a su esposo. En 1922 se instaló con la menor de sus seis hijos, Eileen, vizcondesa de Gormanston, en castillo de su mismo nombre. Murió antes de cumplir 87 años siendo enterrada en el cercano cementerio de Stamullen. Era el año 1933.

A parte de su obra pictórica publicó tres libros: En 1903 “Cartas desde tierra Santa”, un libro de viajes que realizo a Palestina, junto a su esposo, en 1891. Contenía 16 ilustraciones suyas. En 1909 publicaría su segunda obra literaria ¨From Sketch-Book and Diary¨ impresiones de sus viajes por Irlanda Egipto, Sudáfrica e Italia. Estaba ilustrada con 28 láminas, en color, de sus acuarelas. En 1923 publicó su última obra titulada ¨An Autobiography¨, relatos fragmentados de su vida.

CURIOSIDADES SOBRE LOS PROBLEMAS DE AMBIENTACIÓN QUE LE CAUSARON ALGUNOS DE CUADROS:

La obra “¡Escocia para siempre!”, (¡Scotland Forever!), obra que se encuentra en la colección de la galería de arte de la ciudad de Leeds, terminada en 1881, es para muchos el mejor cuadro de Lady Butler. Es la carga espectacular de soldados escoceses cargando directamente contra el espectador, con pesados caballos blancos que avanzan sobre un cielo tormentoso; es una imagen de impulso y gloria y un memorial del concepto de guerra de una era pasada. Lady Butler escribió: ¨Vi dos veces una carga de los Grises antes de pintar ¡Escocia para siempre!, y me pare en frente para verlos venir. Por supuesto uno no puede pararse demasiado tiempo para verlos cerca¨. Esta imagen es una muestra del poder de la pintura de Lady Butler, que se usó, modificando los uniformes y transformándolo en caballería prusiana, como una tarjeta de felicitación de año nuevo enviada por las tropas alemanas en 1915.

Su obra, el “28th Regimiento en Quatre Bras” (1875), atrajo a una enorme multitud de espectadores, y fue elogiada por los críticos con gran entusiasmo. Sin embargo, hubo personas que pensaron que una mujer no podría conocer como actuarían los hombres bajo el fragor del combate, bajo el fuego, y como se vería bajo el humo de la batalla. Lady Butler estudió cada detalle de su trabajo como lo demuestra el libro ¨El trabajo y el valor de la mujer¨ W.H. Davenport Adams¨.

Elisabeth Butler, para elegir los temas, se apoyaba en militares que gustosamente le ayudaban a obtener material y todo tipo de datos para el trabajo. Los oficiales le enviaban fotografías de las plazas donde se había combatido, y se sabe que un Sargento Mayor le ayudaba a tomar decisiones sobre como posicionar a los soldados en combate de manera que la imagen resultara más verosímil.

También se gastó, con la autorización de los militares, gran cantidad de pólvora para hacerle ver como se veía la cara de los hombres a través del humo. También quería sentir como sentían los hombres en cuadro (una posición militar) mientras recibía a la caballería. Para lograr esto visitaba con frecuencia el cuartel de Knightsbridge, donde se arrodillaba para recibir al maestro de equitación y un sargento de los Blues Montados, mientras se lanzaba sobre ella a lo largo de la escuela de equitación. Levantándose, en el último momento, hábilmente, para evitar el accidente. El caballo caído presentado con tanta veracidad y vigor en “Quatre Bras” fue dibujado a partir de un caballo ruso, perteneciente al Circo de Hengler, el único en Inglaterra en el que se podía confiar para que permaneciera durante el tiempo necesario en la posición requerida.

La reputación de Lady Butler ya se había desvanecido al final de su carrera, pero, en la cima de su éxito, fue la pintora más conocida y popular de Inglaterra.

Si te ha gustado este post, por favor valóralo más abajo.

También podría interesarte el post de género histórico y realismo ruso de Iván el Terrible y su hijo el 16 de noviembre de 1581.