James Jacques-Joseph Tissot, pintor y grabador francés, nació en Nantes, un 15 de octubre de 1836, era el segundo de cuatro hermanos y pertenecía a una prospera familia de comerciantes y devotos católicos. Era una familia de origen italiano. Su padre era un exitoso comerciante de telas y su madre fabricaba sombreros. Esta circunstancia se vería reflejada, posteriormente, en sus obras.
James Tissot constituye un magnífico ejemplo de aquellos pintores que se movían en los círculos del arte académico u oficial del siglo XIX, al servicio de una clientela compuesta por aristócratas y burgueses, y que reflejaba los gustos y valores de estos grupos. No fueron revolucionarios, ni siquiera innovadores, su arte es continuista, por eso durante mucho tiempo fueron ignorados e injustamente olvidados. En los últimos cuarenta años, superados ciertos prejuicios, muchos de ellos han sido rescatados del olvido y puestos en valor.
Yo, os quiero recordar a Tissot.
Tissot estudió con los jesuitas de Brugelette, en Bélgica. Pensó en convertirse en arquitecto, pero decidió, con 17 años, dedicarse a la pintura, encontrándose con el rechazo de su padre al que no le gustaba. Sin embargo gracias al apoyo de su madre pudo realizar ese sueño. En 1856 se incorporó a la Ëcole des Beaux-Arts de París. Allí fue aprendiz en el estudio de Hippolyte Flandrin y Lamothe, los dos, discípulos de Ingres, quienes le inculcaron el gusto por el dibujo.
Tissot copiaba a los maestros en el Museo del Louvre, sintiéndose particularmente atraído por las obras de Cranach, Durero o Carpaccio, siendo también sensible al movimiento prerrafaelita.
Mientras estuvo allí, se hizo amigo de James McNeill Whistler y Edgar Degas.
Expuso por primera vez, a la edad de veintitrés años en el Salón de París, cinco pinturas de escenas de la Edad Media, algunas de las cuales representabas escenas del Fausto de Goethe, donde no fue muy bien recibido por los críticos, pero sin embargo, despertó el interés del público por su estilo original, la precisión de su dibujo, el color contrastado, su agudo sentido de la composición y sus esmerados detalles. En estas muestras se aprecian la influencia del pintor belga Henri Leys, a quién Tissot había conocido, en Amberes, ese mismo año.
En 1861, expuso la obra Reunión de Fausto y Margarita, que fue adquirida por el Estado, para la galería de Luxemburgo, por cinco mil francos. Sin embrago, Tissot pronto abandonó los temas medievales en favor de las escenas contemporáneas elegantes, pulidas, a menudo complejas, por las que es más conocido.
En 1869, también comenzó a producir sus primeras caricaturas para el periódico de sociedad de Thomas Gibson Bowles, Vanity Fair, firmando ‘Coïdé’, “tal vez porque eran una colaboración entre las nociones de Bowles y el dibujo de Tissot, por lo tanto’ co-idée”, según Richard Thomson, en su libro Degas, Sickert y Toulouse-Lautrec. London and París 1870-1910.
Según palabras de Lara Marlowe, corresponsal en París del diario The Irish Times: “En una década en la que Manet escandalizó a París con pinturas de mujeres desnudas, Tissot mostró al Segundo Imperio lo que quería ver: Al Imperio con toda su grandeza materialista”.
Realizó la obra Circulo de la calle Real (Cercle du la rue Royale) donde aparecen representados una docena de hombres en la terraza de este exclusivo club, con vistas a la Plaza de la Concordia. Son hombres de negocios, industriales, símbolos de la alianza posrevolucionaria entre la alta burguesía y la aristocracia. Entre ellos se encuentran cuatro marqueses, tres condes, un príncipe y un barón. Desde su posición ventajosa dominan literalmente París.
Tissot supo capturar la elegancia y la confianza de la clase dominante francesa, desde sus zapatos bien lustrados hasta sus sombreros de copa de seda.
En 1866, Tissot ganó una medalla del Salón y se construyó una mansión en lo que hoy es la cara avenida Foch. Era la manera que tenía Tissot de demostrar a su padre que él, el hijo prodigo, había acertado al convertirse en pintor. La historia bíblica del hijo errante fue un tema recurrente en sus obras.
Los críticos franceses encontraron a Tissot demasiado británico, y los británicos lo consideraban demasiado francés. Durante su década en el Londres victoriano, sus pinturas fueron criticadas, principalmente, por motivos morales. Por ejemplo: Criticaban que el hombre que mira a las mujeres con vestidos transparentes en The Gallery of HMS ‘Calcutta’ (Portsmouth), 1876 , lleva un anillo de bodas. O que en En el Támesis, también pintado en 1876, dos mujeres que navegan entre los muelles con un marinero. La marina se asoció con la moral relajada, y el cubo de champan en primer término, parece que confirmaba el libertinaje.
Tissot se codea con la alta sociedad. Recibe muchos pedidos de clientes adinerados, aristocráticos o burgueses. Sus obras se muestran a través de fotografías y su reputación llega incluso a Estados Unidos, convirtiéndose, entonces, en un pintor destacado que le da para vivir con desahogo.
En París, junto a Degas y otros, atraídos por la cultura japonesa, arte aún poco conocido en occidente, se dedican a coleccionar abundantes objetos japoneses, que, posteriormente, Tissot utilizó en su puesta en escena en algunas de sus obras a lo largo de su carrera. Fue un defensor del japonismo y aprendió a hacer piezas de esmalte cloisonné, inspiradas en el Lejano Oriente.
La mujer japonesa en el baño (1864), de Tissot, personifica la fascinación francesa del siglo XIX por Japón. Tissot ofreció una visión fantástica de una mujer europea portando un reluciente kimono.
En 1870, durante la guerra franco-prusiana, y durante el asedio de las fuerzas prusianas a París, Tissot se unió al cuerpo de voluntarios de la Defensa Nacional en el batallón de infantería del Sena. Este es el caso de otros artistas como Edgar Degas, Edouart Manet, Jules Regnault, entre otros. Probablemente participó en la Comuna de París; Luchó en Malmaison y en esa época produjo algunos dibujos muy realistas de los combates y los heridos.
Pero la parte de su compromiso sigue sin estar clara. Circulaban rumores de que bajo la Comuna, Tissot, estuvo involucrado en le destrucción de obras de arte asociadas con el Segundo Imperio caído. Esto podría explicar la repentina huida de Tissot en el verano de 1871 a Londres, tras la Semana Sangrienta, que puso fin a la lucha. La teoría de que Tissot era un revolucionario secreto se vio reforzada por la correspondencia con un amigo en París a quien pidió que verificara su historial policial.
En Londres, pudo contar con la ayuda de su amigo, el fundador del periódico Vanity Fair, Thomas Gibson Bowles que le introdujo en clubes exclusivos, donde conoció a la rica sociedad victoriana. The Ball on Shipboard (1874), es para la alta sociedad victoriana lo que fue su Cercle du le rue Royale en París en la década de 1860.
Se aficionó al Támesis y sus orillas, como fuente de inspiración. Apreciaba, en este entorno, las actividades fluviales e industriales, y el ocio. Tissot conquisto rápidamente a la crítica y a la prensa, a pesar de que, con una mirada divertida, criticaba las estrictas costumbres y convenciones sociales de esa sociedad victoriana, marcando su posición como extranjero.
También apreciaba los parques y jardines ingleses, convirtiéndolos en escenarios de enigmáticas escenas, bordeadas de elementos naturales, que cierran por completo la perspectiva. En estos marcos la figura femenina tiene un papel fundamental; esos trabajos llegarían a la Royal Academy y la Grosvenor Gallery.
Fue en este momento cuando Tissot conoció a su musa, a la persona que amo hasta que la muerte los separo.
Kathleen Newton.
En la década de 1870, Tissot conoció a una mujer irlandesa, Kathleen Newton, divorciada y con dos hijos, Violet y Cecil George, que se convertiría en su compañera y en su modelo en muchas de sus obras. Vivirán juntos pero no podrá casarse con ella. Este hecho suponía, para la época, un escándalo.
Kathleen Newton, hija de un oficial del ejercito irlandés estacionado en la India, se había enamorado del capitán Henry St Leger Bury Palliser, un oficial naval británico, durante su viaje, a la India, para un matrimonio concertado con un cirujano llamado Isaac Newton, La pareja se divorcio sin consumar su matrimonio. La hija de Kathleen, nació en 1871, su hijo Cecil en 1876. Palliser fue el padre de Violet. No esta claro si Palliser o Tissot fue el padre de Cecil George.
(Sobre Cecil, el hijo de ambos, escribiré más tarde, porque su pequeña historia merece la pena conocerse).
La férrea moral victoriana no puede ver con buenos ojos la relación que entonces mantiene con Kathleen. Profundamente enamorado de la joven, Tissot sacrifica, por amor a ella, a su propia clientela, que empieza a abandonarlo. La belleza de su amante ha quedado plasmada en multitud de cuadros de esta época, en la que fue su modelo. El Daily Telegraph atacó a Kathleen como “una sirena con medias de seda negras y tacones altos” y advirtió a Tissot que cuanto antes abandonara esos temas, mejor sería para su reputación.
James Tissot y Kathleen Newton vivieron una relativa reclusión durante sus años juntos en Londres, desde 1876 hasta la muerte por tuberculosis de Kathleen en 1882 (se cree, ampliamente, que Kathleen se suicido, con solo 28 años, para poner fin a su padecimiento por la enfermedad). Los dos hijos de Kathleen Newton vivían cerca, con su tía Polly, hermana de Kathleen, quién los llevaba a la hora del té.
Tissot pintó, durante mucho tiempo en su casa, siendo la modelo principal Kathleen, pero sin embargo, empezaron a realizar excursiones por los alrededores de Londres, a ciudades turísticas de fácil acceso desde su villa, en los suburbios de St. John´s Wood. En todos estos lugares realizaría composiciones teniendo como modelo exclusivamente a Kathleen Newton.
En Greenwich, Tissot pintó La terraza de la Taberna de Trafalgar, en 1878. Greenwich se encontraba en la orilla sur del Támesis, a solo cuatro millas de Londres, por ferrocarril o carretera, y a nueve si el recorrido era por el río desde el Puente de Londres. Lo más importante de la ciudad, en aquellos momentos, era el famoso Hospital de Greenwich, un hogar para los marineros retirados de la Royal Navy, y, detrás del mismo, el Greenwich Park y, en su cumbre, el Observatorio Real.
La Taberna de Trafalgar era una de las cuatro posadas junto al río que trabajaban en aquellos momentos. Todas eran conocidas por sus cenas de morralla. Es una pintura al óleo.
Otro lugar turístico al que acudieron fue Gravesend, ciudad más lejana y escenario de dos versiones de Waiting for the Ferry, también de 1878. Gravesend era accesible gracias a los numerosos vapores fluviales que transportaban a multitud de pasajeros durante el día, y también por tren. Gracias a la afluencia de visitantes de verano la prosperidad llegó a esta localidad pesquera.
Tissot pintó tres versiones de Waiting for the Ferry. La primera en 1874, (Speed Museum, Kentucky), y las dos que mencione antes, de 1878, en el muelle, junto a Old Falcon Tavern. Kathleen Newton solo fue modelo para las figuras en estas dos últimas versiones, representada con el mismo abrigo, de triple capa que Tissot retrató en otras muchas pinturas, incluida la obre La terraza de la Taberna de Trafalgar.
Lo más lejos que la pareja se aventuró en estas excursiones fue Ramsgate, un balneario en la costa de Kent, a setenta y ocho millas del centro de Londres. Allí, Tissot, pintó Seaside y Room Overlooking the Harbour (1878-1879). A esta localidad se mudó Vicent Van Gogh, en abril de 1876, a los veintitrés años, para trabajar como profesor asistente, en una escuela de jóvenes sin recursos, durante un breve periodo de tiempo. En una carta a su hermano Theo le escribía: “Hay un puerto lleno de todo tipo de barcos, cerrado por muelles de piedra que desembocan en el mar sobre los que se pueden caminar. Y más allá se ve el mar en su estado natural, y eso es hermoso”.
El escenario de Seaside fue el Royal Albion House, cerca de la costa Viking Bay, en Ramsgate. Fue construido en 1791, sobre un acantilado, con vistas panorámicas a la playa y al Puerto real, y la princesa Victoria se hospedó en una de sus elegantes habitaciones, antes de ser coronada reina.
Kathleen Newton usa uno de los vestidos que Tissot requería con frecuencia para alguna de sus obres. Un vestido blanco veraniego adornado con cintas de satén amarillo limón, que aparecieron en media docena de sus óleos a mediados de la década de 1870.
En Room Overlooking the Harbour, Tissot muestra a Kathleen Newton hojeando un libro, mientras un hombre mayor, que podría ser un sirviente que acompañaba a la pareja, también lo incluye en la obra.
En 1878-1879, la pareja viajó a Richmond, un pueblo en la orilla sur del Támesis, donde Tissot pintó “Por el Támesis en Richmond” y “El Puente de Richmond”. En esta última obra Kathleen Newton viste el vestido de tartán verde con el que se le representa en Room overlooking the harbour. Y la niña que aparece está en la misma pose y atuendo que en la tercera versión de Waiting for the Ferry. El hombre utiliza su bastón para trazar “Te amo” en el suelo bajo la mirada de la mujer.
Kathleen Newton murió, o se suicido, en 1882, como consecuencia de la tuberculosis. Fue representada en un sillón con aspecto de enferma por Tissot en Noche de verano, en el Museo de Orsay. Sin duda los viajes de la pareja, gracias a las nuevas formas de transporte, fueron liberadores, pero también pudo tratarse de una prescripción médica.
Muerte de Kathleen Newton
Joséphine Bindé (James Tissot, L´ambigu moderne. Rev. Beaux Arts, Musée D´Orsay), escribía lo siguiente sobre los últimos instantes de la vida de Kathleen.
“Sentado junto a la cama de Katheen, James la miró fijamente. En ese día de noviembre, la llovizna otoñal crepitaba en las ventanas de su casa, en Saint Jonh´s Wood. Postrada en cama, durante varios meses, la belleza del cabello dorado se debilitaba día al día, y su boca redonda, de color cereza, se había vuelto tan pálida como su cara, ahuecada por grandes anillos morados.
Según los médicos, pronto se la llevaría la tuberculosis, pero Tissot se negó a creerlo. Quién había iluminado su vida durante seis años no podía desaparecer así. ¡Cómo la amaba, su encantadora chica irlandesa!; Al diablo con las malas lenguas que culparon a la hija de este oficial de haberse divorciado casi instantáneamente de Newton, su esposo cirujano, a causa de un romance en India con un mayor, y que había dado a luz a una hija en 1871. Cinco años después, en 1876, a su vez nació un niño, unos meses después del encuentro de Kathleen con James… Esa mañana, sus dos hijos y su hermana Polly la habían visitado. Ella se rió y puso buena cara, pero estaba exhausta cuando el pintor salió de su habitación para dejarla dormir. A su regreso, gritó de dolor. Inerte, su amada se había tragado un frasco entero de láudano.
A los 28 años, su musa, a la que había pintado en todo momento. Sola o con sus hijos, elegante bajo su paraguas japonés o con un elegante manto de piel en un día de nieve, su compañera, cuya delicada ternura adoraba, había fallecido. Una semana después, Tissot abandonó definitivamente su casa de Londres para regresar a París, con el corazón devastado para siempre”.
2 comentarios
¡¡Excelente trabajo!! Grandísimo pintor. Sin duda un gran artista.
Estoy deseando leer la segunda parte.
¡Enhorabuena!
¡¡Excelente trabajo!!
Estupendo pintor, grandísimo artista.
¡¡Gracias por tu interes en mostrar a estos pintores un tanto olvidados injustamente!!
¡¡Estoy dezeando leer la 2a parte!!.
Gracias de nuevo.